Blogia
Kosh

MIRANDO LA CÚPULA

- Subimos a la torre - le dijo uno al otro.
- No se, puede que sea demasiado alta – replicó el primero.
- No creo, es antigua, mira lo vieja que son las piedras, ¿cuanto puede medir? – preguntó.
Las nubes bajas, casi neblina, cubrían la cúpula de la torre, impidiendo ver mas que una estructura circular que se perdía en el gris de un cielo bajo, sin dejar más rastro de su verdadera altura que lo que se veía.
- Bueno, vamos – aceptó dispuesto a enfrentar el desafío.
- La puerta esta cerrada – maldijo luego de ver que su compañero movía insistentemente el antiguo picaporte de hierro negro sin poder abrirla.
- Déjame intentarlo otra vez – dijo antes de insistir con más fuerza. Esta vez la puerta cedió y un aire húmedo se deslizó como garras desde dentro de un espacio oscuro como un preso que sale en libertad.
El panorama ruinoso les hizo dudar un instante antes de atravesar el arco que los separó del mundo para introducirlos en una torre cuyo techo se perdía en la oscuridad. La escalera circular respiraba historia, se acercaron a ella y la miraron como quién mira un fenómeno paranormal. Los escalones de piedra empotrada en la pared ascendían hasta perderse en las sombras perpetuas de un siniestro orificio. Comenzaron a subir con una dudosa decisión. Fueron algunos minutos de ir olvidando el entorno para concentrarse en el siguiente escalón. La curvatura interminable les obligaba a girar vueltas y vueltas siempre hacia la derecha. Y la cúpula no llegaba.
- Ya habremos llegado a las nubes – calculaba uno.
- Quizás, no debe faltar mucho para el final – deducía el otro.
Y así fue como pasaron las horas, hasta el punto en que el agotamiento les obligó a detenerse a descansar.
- Mis pies no pueden más – se lamentó uno.
- Mejor será volver – propuso.
- De acuerdo.
Bajaron esperando encontrar la puerta de salida, pero esta nunca llegaba. Por fin se detuvieron creyendo que la torre también continuaba hacia abajo y se habían pasado de largo, y volvieron a subir.
Así continuaron todo lo que pudieron, hasta el fin.

1 comentario

alberto -