EL HOMBRE QUE LEIA MENSAJES EN LAS PAREDES
Un día, caminando por una calle de esas tristes y grises que definen a una ciudad, creyó leer un cartel con su nombre pintado en una de las tantas paredes. Retrocedió y volvió a ver la pared y sí: pudo leer que la misma suciedad había creado marcas con forma de letras, y esas letras formaban su nombre.
De a poco fue leyendo más palabras, más nombres y más mensajes. Al principio creo que se trababa de gente que lo hacía a propósito pero luego, al ver que se simplemente era suciedad acumulada al azar, comenzó a comprender que eran mensajes de algo que excedía a todo ser humano. Los carteles advertían de hechos que sucederían, informaban de situaciones o simplemente parecían moralejas. Intentó mostrarlos a otras personas pero nadie parecía notar lo que él veía, pensó que podía ser su imaginación pero a veces lo que precedían los carteles se cumplía.
Podría haber intervenido, cambiar las cosas, utilizar la información de los mensajes, pero él no era una persona así, no era un héroe ni le interesaba serlo, las paredes se habían equivocado de sujeto al proclamar sus mensajes. De a poco fue dejando de verlos, o tan solo fue acostumbrándose a ellos sin prestarles atención.
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Dora -