PROLOGO

RELATO DEL REY CIEGO

Escribió una nota a los padres de la sabiduría mientras caía la lluvia. Suplicaba que lo oyeran, cansado de ver gente caer, la arrojo por encima de las paredes doradas que dividen el reino de las almas.
-Solo yo entre una espesa niebla y oscuridad. Sin razón para un lugar así. Las fronteras eran frías y escuchaba a alguien gritar con dolor. Una forma emergía sobre las ruinas de mis esperanzas. -¡Me oyeron!. Por fin encontré el mensaje-.
El secreto de los ciegos y la sonrisa en su rostro. Los ojos de la noche se abrieron para que pudiera verla. Fue hacia sus ojos con la forma de una serpiente. La luz de la luna lejana delató lágrimas plateadas que caían brillando por su rostro y formaban un lago a sus pies. Era un lago donde las sombras navegaban en pequeñas barcas. Le agradecían a la luz, pues sin ella no podrían existir. Y él seguía allí...., y ella también. No se hundían, estaban sobre el agua. La luz de los ciegos volvió a iluminar.
Esta vez permaneció para siempre.

Así fue como, entre los rostros de la noche y los secretos de la oscuridad nació esta leyenda.

La miró a la cara y le ordenó, con el poder de un rey, que construya un lugar con esperanza y libertad para todos, donde no exista la tormenta ni los tiempos duros que se atrevan a ser vistos por sus ojos. Diciendo esto se recostó sobre los campos nevados, aspirando el dulce perfume del tiempo. - ¡Es su vida! – gritaron los ángeles furiosos, pero las noches y los días rodaban como abismos sobre el ardiente resplandor del cuerpo y hasta en su sangre. Las nubes atravesaban el cielo veloces y desaparecían aplastadas por el horizonte.
El rey nada mas hacia, sino esperar al guerrero del destino paciente. Su vida correría a ocultarse al verlo llegar.

El tiempo vino a cerrar el capítulo y aún seguirá lloviendo, para que aquel que será el nuevo rey aprenda a enfrentar la lucha.
- Ese rey fuiste tu y ese rey serás-.