Blogia
Kosh

NINGUN LUGAR CONOCIDO

Pasó en el varano del 2002, esa tarde debía viajar a Madrid por trabajo. Lo enviaban de lugar en lugar tomando pedidos, como buen comercial de una empresa de consumo masivo. Conocía la ciudad, ya había estado muchas veces, sin embargo la encontró diferente. Creyó haber entrado por la misma ruta, pero luego dedujo que debía haberse equivocado, pues todo era diferente a como lo recordaba. Había curvas y puentes que nunca antes había visto. Se detuvo en una estación de servicio para ver el mapa y descubrir que la ruta era la correcta, pero incluso en el mapa todo estaba diferente. Pensó entonces que debieron hacer obras y por ello el camino había cambiado. Encontró la dirección hacia donde se dirigía, aunque parecía, al menos en el mapa, que no era el mismo lugar donde había estado tantas veces antes. Y así fue como recorrió una ciudad con los mismos nombres de calles pero que era, al menos referenciado a su memoria, completamente diferente, hasta llegar a su destino. Esos días, en lo poco que recorrió de la ciudad, se sintió como un turista que recorre por primera vez un lugar. Era como si todas las piezas de un rompecabezas se hubieran movido.
Volvió finalmente a su hogar, pero al llegar descubrió que todo también estaba cambiado. Tardó meses en acostumbrarse a la nueva disposición de los lugares, había algunos más lejos y otros más cerca. Incluso los mapas viejos que tenía mantenían su antigüedad pero, mágicamente, indicaban las calles y parques como era ahora.
Al cabo de un tiempo debió volver a viajar a Madrid. Más o menos recordaba la nueva disposición de la ciudad por lo que no temía perderse, sin embargo, nuevamente la ruta era otra y todo había cambiado. La misma estación de servicio donde se había detenido la primera vez ya no estaba en aquel lugar sino a varios kilómetros y de la mano de enfrente. Y al volver a su ciudad, también todo estaba cambiado.
Creyó que se acostumbraría a esta nueva vida de ciudades cambiantes, pero no resultó tan sencillo, no era lo mismo que acostumbrarse a vivir con un koala, pues representaba que cada vez que debía viajar debía esperar encontrarse con un nuevo lugar donde vivir, debía aprender cada nuevo mapa, cada nueva disposición. Por este extraño motivo, pidió o alegó en su empresa que no volvería a viajar pero, cuando creyó que lo tomarían por loco frente a tan descabellada excusa, su jefe lo sorprendió al confesarle que él había dejado de viajar por la misma razón.

0 comentarios