Blogia
Kosh

LA AGENDA

Era de esas personas que anotan todo lo que deben hacer, para recordarlo. A tal punto llegaba mi método que a veces anotaba cosas que luego olvidaba por completo y, gracias a la anotación que leía días más tarde en aquel cuadernillo organizado por días, podía hacer la tarea que de otra forma hubiese olvidado por completo.
Pero fruto de este sistema comencé a confiar demasiado en las anotaciones, comencé a hacerles caso sin dudarlo, pues si lo había anotado era porque debía hacerlo. Así fue como cumplía con todos los compromisos que encontraba y hacía las tareas programadas. Pero un día que comencé a sospechar, había ciertas cosas que no recordaba haber anotado. Las tareas ni siquiera me parecían familiares. Por ejemplo, me había suscripto a cursos, a los que asistía sin falta y puntualmente, pero que no sabía porque realizaba y, sinceramente, no me servían. A veces concurría a eventos como obras de teatros, conciertos y fiestas que no me interesaban. Comencé a sospechar que esa agenda tenía algo raro. Un día, para comprobarlo, dejé un espacio en blanco a propósito, para el jueves de la semana entrante. Pasó el tiempo y al llegar aquel día leí las tareas por hacer, entonces encontré que en aquél espacio decía que debía hacer ciertas compras, sin especificar demasiado. Recuerdo que cerré la agenda y permanecí observándola, como quién observa un fenómeno sobrenatural. Sentí miedo, no podía permitir que un objeto inerte controle e incluso administre mi vida, pero por otro lado no me sentía con fuerzas como para matar mis compromisos futuros. Fue una decisión muy dura, pero por fin reuní valor y tiré la agenda a la basura. Recuerdo que no logré estar tranquilo hasta que pasó el camión que vació el contenedor y se perdió por la esquina, terminando de una vez por todas con aquella pesadilla.
- No has visto tu agenda – me preguntó mi novia al día siguiente, mientras revisaba en la estantería donde solía dejarla. No alcancé a responder cuando agregó, - es que he perdido la mía y la estaba utilizando para anotar mis cosas. No te importa, ¿verdad?.

0 comentarios