EL MAPA
El encargo llegó en un sobre que parecía haberse perdido en el tiempo de las oficinas de correo durante décadas, pero por fin lo tenía. Lo abrí con cuidado y me admiré al ver lo que iba saliendo del sobre. Era un magnífico dibujo manuscrito a lápiz que describía en líneas generales un mapa, pero repleto de símbolos a descifrar y códigos ocultos. Era demasiado para aquella noche, lo deposité con cuidado sobre el escritorio de roble de mi despacho y me fui a dormir. A una hora indeterminada de la noche sentí ruidos, de inmediato me percaté de que provenían de mi despacho. Tomé mi escopeta de caza y con la protección del arma me atrevía a desplazarme en la oscuridad. Abrí la puerta del despacho de golpe, como había visto hacer en las películas, y apunté el caño del arma al frente, entonces encontré una figura semi transparente de un hombre que parecía marino, quizás por su forma de vestir o su gorra de capitán. Tanto su piel como su ropa estaba descolorida, gris, como si fuese una figura tallada en humo. Al verme se giró hacia mí y pretendió avanzar, entonces, sin siquiera pensarlo, disparé. El humo del arma se confundió con la figura. El proyectil atravesó el cuerpo como si éste fuese una imagen proyectada y se estrello contra la biblioteca del fondo, destruyendo parte de mi colección de libros antiguos. La figura se desparramó en una nube de niebla y desapareció. Recién entonces comprendí que le había disparado a un fantasma.
Me acerqué al escritorio y noté que el dibujo ya no era el mismo pero como no lo recordaba no pude saber lo que había cambiado. Comparé con mis mapas y con los valores de latitud y longitud que decía el nuevo dibujo y verifiqué entonces que el destino había cambiado, ahora apuntaba a un punto en el pacífico sur, donde figuraba otra cosa que el mar, aunque quizás habría una isla...
0 comentarios