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Kosh

RECUERDOS III

Miro el atardecer iluminando tu rostro,
no lo cambiaría por nada.
Miré el atardecer iluminando tu rostro,
pero Dios lo cambia todo.
y oí que me decías
que una cucharada de magia
en un cóctel de fantasía no es veneno,
pero fue solo otra mentira
y ahora corre libre como un río.
Porque los ríos son como cicatrices sobre la tierra
cuando la tierra es como mi piel.
La niebla cubrió aquella tarde
y el tiempo la llevó al patio de atrás.
Mientras le digo a mis palabras
que si la vida nos tira piedras
es mejor aprender a recibir los golpes
que intentar esquivarlos
porque tarde o temprano nos van a pegar.
Y hoy vas a caminar solo
pero este día tendrá un mañana
en el que alguien te acompaña.
Es que todos tenemos buenos y malos momentos,
pero sabio es el que aprende a vivir de ellos.

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