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Kosh

COMO EL FUEGO

Mirábamos la tarde llorar por la noche
mirábamos el cielo apoyarse sobre el horizonte
cuando un ángel cayó en la pradera.

Nuestros ojos se hicieron dudas
penetrantes como la herida que no sangra.
Las voces de nuestros espíritus
las palabras de nuestras pasiones
la brújula que nos guía a un destino
todo giraba en poderosos remolinos.
Un racimo de flores al viento
se fue como fuego plateado que arde
como fuego plateado que se extingue.
La esperanza inunda el alma de preludios
de refugios vacíos y secos senderos.
Las costas de un mar sin fondo
porque no hay noche que necesite saber
que somos a merced de nuestras ideas
el plato fuerte de una raza sabia
sabiduría que no vale palabra en el cielo.

Y cayó un ángel en la pradera
por eso lo vamos a hacer sufrir
sufrir hasta que muera.

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