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ZAPATOS

Corría el año 2479 y ya el dominio era absoluto, no quedaban hombres sin ser controlados por aquella fuerza. Siempre la humanidad había temido los ataques extraterrestres, los robots o las máquinas, se escribían libros y se hacían películas sobre los hombres sometidos por seres verdes que venían en naves espaciales o por seres metálicos o por computadores centrales que cobraban vida, pero nadie jamás se imagino que el que finalmente cumpliría la pesadilla serían los simples y corrientes zapatos. Parecían objetos inertes, útiles para moverse más cómodamente y protegiendo los pies. Pero no, en realidad escondían perversos propósitos, ocultos tras las suelas que nos separan de la tierra, que sirven de conexión.
Tardaron tantos años, haciéndose pasar por objetos, tan solo porque siempre existían zonas del mundo donde la gente aún no los utilizaba. En algunos países de África o por las islas del caribe nadie se calzaba para andar. Pero para el año 2479 ya todos en el mundo utilizaban zapatos o algún tipo de calzado, entonces atacaron, dominando la conexión entre los seres humanos y la tierra y luego por ende dominaron el mundo.
El hombre no se percató del cambio, los zapatos eran inteligentes, lo que hicieron fue sumir a sus presas en un eterno letargo que les obligaba a continuar sus vidas como si nada hubiese cambiado, pero en realidad se encontraban bajo el poder del calzado que utilizaban.
La crisis duró un tiempo incalculable, porque estos objetos modificaron el calendario, cambiaron las estructuras de la sociedad, subdividiendo a las clases en zapatos de vestir, zapatos de mujer con tacos altos, deportivos y botas. El problema, o la decadencia en realidad, comenzó cuando surgieron rivalidades entre las botas de cuero y las botas de lluvia. Al principio fue un simple desacuerdo pero se fue extendiendo, luego se sumaron los zapatos de vestir al grupo de las botas de cuero y el calzado informal a las de lluvia, así comenzó una batalla que termino por descalzar a un grupo de humanos que de inmediato recobraron el poder.
El mundo volvió en manos de los hombres y nunca más fue utilizado calzado de ningún tipo. Claro, esta nueva calma duro casi quinientos años, hasta el ataque de los paraguas, pero eso ya fue otra historia.

1 comentario

Ginés -

Me tienes que pasar el mate ese que tomas tú...