EL VALLE ETERNO
El valle se detuvo en el tiempo como si la naturaleza hubiese decidido guardarse un lugar, un rincón donde poder descansar. La eternidad es una línea sin principio ni fin, una pintura fija, inerte, sin tiempo. En ella las almas reflejan su destino, los árboles escuchan el silencio y los grandes misterios son pequeñas verdades que decoran sus hojas. Las montañas nevadas marcan los límites del imperio de eternidad, y fuera de este límite el mundo continúa, avanza como una máquina de engranajes ruidosos y oxidados.
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