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Kosh

FUERA DE LA SOCIEDAD

Un día me desperté y descubrí que un efecto desconocido había arrasado con la superficie del planeta, parecía que todos habían muerto y además habían desaparecido. Las ciudades estaban en ruinas y vacías. Me pregunté porque estaba solo,... y vivo aún. Había sido suerte? me había elegido Dios? para qué? para estar solo en la tierra?.
Viví así, haciendo razonamientos de todo tipo y escribiéndolos en un cuaderno que encontré en una tienda vacía. Al final ya estaba acostumbrándome, había comenzado a adaptarme y a dejar de extrañar la "sociedad" con la que había convivido. Entonces un día, cuando me desperté, habiéndome dormido en un hotel de lujo, todo para mí, ya no estaba solo. Estaba en la cama de una especie de clínica. Descubrí que una de las paredes era un espejo falso, desde donde me podían espiar. Por la puerta ingreso de pronto un grupo de cinco personas con delantales blancos y planillas.
- ¿Cómo te sientes? - preguntó un hombre de barba blanca y aspecto de científico.
- Bien - respondí algo confuso.
- Debes estar preguntándote de dónde vienes y que haces aquí, creímos que lo recordarías al despertar pero no sucedió así.
Formas parte de un experimento, fuiste tú mismo voluntario. Hemos logrado introducirte en un mundo virtual, donde no existía la sociedad, para estudiar tu comportamiento sin el entorno social, así podremos deducir que actitudes pertenecen al ser humano innato y cuáles son inducidas por el entorno social, ¿comprendes?.
Estaba por responder algo que aún no sabía, cuando en la cama a mi lado, un hombre recostado cuya presencia no había notado, abría los ojos.
- Profesor - le llamó la atención el primero en verlo, - la muestra dos se despierta.
No hubo tiempo para nada, el hombre se puso de pie y, provisto de una fuerza descomunal, se arrojó sobre los científicos. Acabó uno a uno con ellos, luego se aproximó a mí. Temí lo peor, sin embargo pareció comprender algo en mi persona que lo asemejaba, quizás el hecho de que habíamos vivido una experiencia en común, quizás otra cosa, pero por el motivo que fuese, no me hizo nada. Salió luego de la habitación, atacando a todo ser humano que veía. Por fin un guardia de seguridad le disparó cinco veces hasta que cayó sin vida en un pasillo.
Ese fue el final de los experimentos y, aunque a veces siento deseos de destruir a los que me rodean, aún no me he encontrado el momento ideal para hacerlo.

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