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RUIDOS EN LA ESTACION

Se había cumplido el décimo mes de revisiones cuando comenzaron los hechos extraños. Nuestro trabajo en la estación era revisar el sistema de control de los movimientos entre ubicaciones, comprobar los paneles, el motor central y la estructura externa. La estación era la L-51 y había orbitado la luna durante los últimos ocho años. Se trataba de un gran galpón con una cabina central. Pertenecía a una empresa logística y se utilizaba para el almacenaje de piezas para la construcción y repuestos de otras estaciones lejanas. Una vez por mes lunar una nave no tripulada traía provisiones y materiales para almacenar y retiraba de ubicaciones automáticas otras mercancías, así todo funcionaba sin la intervención del hombre salvo cuando requería una revisión, como era el caso que nos llevó hasta allí. La alarma había sido una incidencia con una ubicación de almacenaje que el panel de control indicaba como fuera de funcionamiento. Durante la revisión se había comprobado que se trataba de un fallo en la carga del último paquete de piezas que no había pasado la línea de cerrado automático. Todo iba bien hasta que el eterno silencio del cosmos se quebró con un sonido metálico, como un choque contra la estructura exterior, cerca de los generadores de oxígeno, luego se oía un sonido que parecía por momentos humano, era como un lamento perdido entre los pasillos del depósito. Nadie se animó a bajar, se suponía que era una zona prohibida y que si llegase una nave robot a descargar o cargar podría ser peligrosa. Al final bajó el comandante del grupo pero no encontró nada extraño. Aún quedaban dos días para que la nave de recogida nos llevase a la tierra, los ruidos en el casco aumentaban, ahora parecían más inhumanos. Nos refugiamos en la cabina y pusimos música para olvidar aquel misterioso sonido. Pasó el tiempo y llegó la nave, entonces el sonido cesó y nunca más volvió a escucharse. No supimos como explicarlo a nuestros jefes y por eso intentamos olvidarlo. Me enteré que mis compañeros habían pedido que los enviasen nuevamente a aquella estación, descubrí entonces que allí sucedería algo malo, algo que los atraía y que no les permitía escapar. Hoy sacaré el pasaje yo también, para ir a ver que es.

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