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RELATO DE LOS CXII JUEGOS DE MAGIA (I PARTE)

En la montaña quedaban dos tipos de magos, estaban los druidas Blancos y los Incas de Chamalseco. Los primeros vivían poco ya que practicaban magias peligrosas y contaminantes, utilizando muchas veces la fuerza vital de sus propias armas para llevarlas a cabo. Los Incas en cambio extirpaban la magia de la atmósfera, pero en cambio tardaban mucho en recargar sus fuerzas y, por tanto, luego de ejercer una fuerza mágica, podían pasar dos o tres días hasta que pudiesen repetirla.
El concurso de magos que se celebraba cada ocho años en la cima del Jengish Chokusu, organizado por las tribus de Yarkant, los tuvieron como protagonistas en el año mil exactamente. Fue de las competencias más duras que se tiene registro en los libros. Los de Chamalseco comenzaron la final produciendo en el Pacífico sur un embudo de agua que perforó el fondo del océano, fue una demostración que les costo cuatro días de reposo a sus participantes. Los druidas se concentraron hasta lograr hacer crecer en minutos un hermoso bosque de robles que alcanzaban los treinta metros en aquella cumbre nevada donde se encontraban. Los jueces le dieron los puntos a los segundos ya que ejercían influencias sobre la vida mientras que los Incas lo hacían sobre el reino mineral. Dos druidas se enfermaron por la obra mágica y debieron abandonar.

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