UN LUGAR EXTRAÑO
En sus ocho años de vida jamás había visto algo así. El lugar estaba cubierto por una lúgubre oscuridad. Las paredes daban una siniestra impresión de ocultar secretos. Se sentía observada y maldijo la decisión de haber entrado sola. El aire era distinto y la había hecho olvidar por completo donde se encontraba en realidad. Rondaba el terror en un ambiente frío y oscuro. Estaba asustada, muy asustada. Avanzaba con lentitud y cautela. Vio unas cadenas en el piso y las esquivó con repugnancia. Se repetía que nada le iba a ocurrir para tranquilizarse pero su sistema nervioso no la escuchaba. Fue entonces cuando una falsa biblioteca se introdujo en la pared para dejar ver un cuerpo ensangrentado y atravesado por un cuchillo en su pecho. Retrocedió gritando agudos alaridos y una mano escalofriante se apoyó sobre su hombro. Antes que nada, sus piernas involuntariamente reaccionaron guiándola a través de largos pasillos. No volvió la cabeza hacia atrás solo se concentró en no tropezar en el trayecto a la puerta de salida. En el camino apareció un esqueleto que parecía vivo, un murciélago paso por encima de su cabeza y una especie de fantasma o espiritu la persiguió unos metros. Por fin la encontró. Allí vio a sus amigos bajo la luz del día. Por un rato rieron y comentaron la expresión de su rostro y luego planearon ir a la montaña rusa, la cuál quedaba al otro lado del parque.
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