MICROBIOS
Miré mis manos y descubrí que estaba repleta de microbios, que las cubrían, rodeaban y masticaban lentamente. Las lavé con mucha agua y jabón hasta que creí que estaban limpias, pero no podían estarlas, y es que de inmediato se volvían a cubrir de esos horribles gérmenes. Y así me siguió sucediendo, hasta que, luego de luchar contra lo imposible, un día, me acostumbré a vivir junto a ellos y ahora, aunque aún los veo, ya no me impresionan.
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Alberto -