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Kosh

EN EL BOSQUE

Caminaba por el bosque, el paisaje era hermoso, el césped se mostraba teñido de hojas secas otoñales. El sol se filtraba entre las copas para abrazar algunos espacios de tierra y darles su color y su brillo. Se oía el intermitente y suave canto de los pájaros de la tarde mientras una pequeña brisa apenas lograba un movimiento lento y pausado sobre las ramas más livianas. Encontró el lugar ideal para descansar, debajo del tronco de un antiguo roble. Se sentó apoyando su espalda contra la corteza y permaneció observando los espacios entre los árboles del bosque que se desparramaban hasta donde podía cubrir su visión. Poco a poco, el clima templado y la calma lo fueron adormeciéndolo hasta que por fin cerró los ojos y se durmió.
No supo cuando pasó, pero de pronto un extraño movimiento lo despertó. Miró a su alrededor desconcertado y algo dormido aún, al principio no vio nada, pero segundos más tarde volvió a sentirse el movimiento, seguido de un ruido agudo, como el de una señal. De inmediato el cielo comenzó a cambiar su color, el sol perdió su intensidad y comenzó a apagarse. Los árboles fueron desvaneciéndose junto a la tierra y al cielo. El mundo se estaba consumiendo. Por fin todo se termino de desarmar, quedando sólo una sala blanca. “Su tiempo se ha terminado, para continuar coloque una nueva ficha” dijo una voz femenina. Buscó en sus bolsillos pero no tenía otra, por otra parte miró la hora y ya eran casi las tres, debía volver a la oficina.
Salió de la habitación del falso bosque, la única forma de sentir lo que hasta el siglo veintiuno se podía hacer, pero que luego de la deforestación y la desaparición de todos los bosques del planeta, resultaba ahora imposible. Salió a la calle y entro al edificio donde se encontraban las oficinas de su empresa para seguir trabajando, esperando al día siguiente, para volver a hacer un paseo por el bosque virtual.

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