Blogia
Kosh

EL CUENTO INCONCLUSO

Cada día sin excepciones, apenas al despertarse e inspirado por sus sueños, escribía un nuevo párrafo. Había comenzado a los diez años, cuando apenas sabía escribir, y ahora ya era un anciano y aún lo hacía. Era una sola historia, un solo libro de cientos y cientos de páginas. Los protagonistas fueron sucediéndose uno a uno en un nudo interminable. Le quedaban ya poco tiempo de vida cuando comenzó a trazar el final de tan extensa novela. Aquel día tan esperado colocó el último párrafo, luego escribió debajo, en letra pequeña, “fin” y murió.

0 comentarios