EL SUEÑO DEL ESPIRITU (III PARTE)
- Y este es el coliseo, ¿lo recuerdas?.
- Es increíble, pensar que cuando vivía solo habían construido las primeras arcadas - dijo el espíritu sin darse cuenta que su pensamiento se convertía en palabras que la mujer pudo oír.
En ese momento un aluvión de incógnitas rodearon la mente de la mujer, pero la principal era: ¿como podía ser que haya visto cuando el coliseo se estaba construyendo?, de pronto se dio cuenta que aquel espíritu que tanto quería viajar a Roma no era en realidad su difunto esposo, sino otra alma, la de un hombre que había vivido en la época de esplendor del imperio romano.
De inmediato se planteó que hacer, pensó en lo extraño que resultaba, pero también en lo bien que la había pasado los últimos días de la mano de aquel desconocido. Ella siempre había sido completamente fiel a su marido, era un principio moral que jamás siquiera se había planteado quebrantar, pero ¿era infidelidad, una vez muerto, compartir la vida con otro hombre?, y más aún, ¿era infidelidad si en realidad no es un hombre sino un espíritu?.
- Si, se ve muy cambiado con las últimas reformas - decoró el error de su compañero, haciéndose la desentendida y simulando no haberse percatado del detalle que lo delató. - ¿Vamos ahora hacia el foro? - completo la mujer zanjando el tema.
- Es increíble, pensar que cuando vivía solo habían construido las primeras arcadas - dijo el espíritu sin darse cuenta que su pensamiento se convertía en palabras que la mujer pudo oír.
En ese momento un aluvión de incógnitas rodearon la mente de la mujer, pero la principal era: ¿como podía ser que haya visto cuando el coliseo se estaba construyendo?, de pronto se dio cuenta que aquel espíritu que tanto quería viajar a Roma no era en realidad su difunto esposo, sino otra alma, la de un hombre que había vivido en la época de esplendor del imperio romano.
De inmediato se planteó que hacer, pensó en lo extraño que resultaba, pero también en lo bien que la había pasado los últimos días de la mano de aquel desconocido. Ella siempre había sido completamente fiel a su marido, era un principio moral que jamás siquiera se había planteado quebrantar, pero ¿era infidelidad, una vez muerto, compartir la vida con otro hombre?, y más aún, ¿era infidelidad si en realidad no es un hombre sino un espíritu?.
- Si, se ve muy cambiado con las últimas reformas - decoró el error de su compañero, haciéndose la desentendida y simulando no haberse percatado del detalle que lo delató. - ¿Vamos ahora hacia el foro? - completo la mujer zanjando el tema.
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