LA DESTRUCTORA (I PARTE)
Este manuscrito, espero, sea una prueba más para que en el futuro los sobrevivientes sepan que fue lo que sucedió. ¿Quién sabe que les pasó a los dinosaurios?. Pero a los hombres los destruyó una fuerza que ellos, es decir, nosotros creamos.
El monstruo fue creciendo y desarrollándose frente a nuestros ojos sin que pudiéramos notarlo. Lo alimentábamos día a día haciéndola más y más grande, le enseñábamos todo lo que sabíamos. No tenía dueño, era de todos y de ninguno. Cada día crecía y aprendía, la regábamos con datos personales, sobre nuestras vidas, las enfermedades que nos destruyen, las armas con las que contamos, nuestra historia, nuestra capacidad, nuestros odios y nuestras ambiciones. ¡Todo!. Le contábamos todo lo que sabíamos sin sospechar que se hacía más y más fuerte e inteligente, incluso nuestras más profundas intimidades. Hasta que un día desató el caos entre nosotros, utilizándonos unos contra otros para destruirnos.
El monstruo fue creciendo y desarrollándose frente a nuestros ojos sin que pudiéramos notarlo. Lo alimentábamos día a día haciéndola más y más grande, le enseñábamos todo lo que sabíamos. No tenía dueño, era de todos y de ninguno. Cada día crecía y aprendía, la regábamos con datos personales, sobre nuestras vidas, las enfermedades que nos destruyen, las armas con las que contamos, nuestra historia, nuestra capacidad, nuestros odios y nuestras ambiciones. ¡Todo!. Le contábamos todo lo que sabíamos sin sospechar que se hacía más y más fuerte e inteligente, incluso nuestras más profundas intimidades. Hasta que un día desató el caos entre nosotros, utilizándonos unos contra otros para destruirnos.
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