Blogia
Kosh

EL CANTO NOCTURNO (I PARTE)

- La compro - recuerdo que sentencié con una seguridad que pocas veces había creído tener, y amparado por la mirada aprobadora de mi esposa.

Es que era un negocio redondo, una masía en medio del bosque, con un jardín de tres mil metros de árboles frutales y viñedos, la única en todo el pequeño valle, impregnada de plana paz y tranquilidad, y a la mitad de precio de cualquier otra de las que habíamos visto.

Todo, como siempre, comenzó bien. Nos mudamos a la semana y en un día instalamos los muebles y ya estábamos allí, viviendo felices. Pero esa noche, mientras dormíamos, entremezclado con los sueños recuerdo que oí un canto.

Era una melodía suave y dulce, interpretada por lo que parecía ser una niña. No tenía letra, era solo una melodía. Creí que formaba parte de mis sueños hasta que, en plena oscuridad, sentí como mi esposa agitaba mi brazo para que me despertase.

- ¿Escuchas eso? - susurró con una mezcla de temor y misterio en su voz.

Recién entonces descubrí que no era fruto de mis sueños aquel canto, sino que era tan real como la oscuridad que nos rodeaba.

0 comentarios