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Kosh

EL DIA QUE FUE AYER (1 PARTE)

Se despertó temprano, como todos los días, desayunó lo mismo de siempre, café y tres tostadas con mermelada, se dio un baño, se cambio y partió para su trabajo donde debía reunirse con otros ingenieros a estudiar las posibilidades del nuevo producto. Bajó hasta la calle principal donde aguardó la llegada del autobús por cinco minutos.
Hasta ese entonces todo iba bien, pero el día no seguiría así, lo primero que remarcó la anomalía fue el autobús que, al igual que el día anterior, llegó a los cinco minutos exactos. Y, casualmente, eran las nueve y cinco, - igual que ayer – pensó.
El conductor del autobús le resultó familiar, pero como no era demasiado observador lo dejó pasar. Sin embargo, luego de elegir la segunda fila, en el único lugar donde había dos asientos libres, la puerta se abrió y la misma señora mayor que se había sentado junto a él el día anterior, volvió a subir al vehiculo y volvió a sentarse en el mismo lugar. La recordaba por la exagerada dosis de perfume que la abrazaba a ella y a todo a su alrededor. Incluso vestía exactamente igual y hasta llevaba la misma bolsa con dos panes. El autobús se detuvo en el mismo semáforo y por la acera observó a una mujer que paseaba el perro cuando éste, al ver a un gato cruzar en dirección a un portal, de un fuerte tirón, cortó la correa y se abalanzó sobre el gato que, con rapidez y temor logró escabullirse entre unas rejas que el perro no pudo superar.
El gato era el mismo, el perro era el mismo, la mujer también, la escena idéntica. Algo de aquel día comenzaba a ser extrañamente sospechoso. Pensó entonces en esos famosos déjà-vu, pero sabía que era demasiado, esas extrañas bromas que nos juega la mente, relacionando espacios y tiempos distintos para hacernos creer que ya vivimos el momento se establecen parámetros fijos, es decir en hechos o escenas de corta duración, pero nunca un suceso de acciones como lo que estaba viviendo.

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