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PRIMERO LA CARNE

PRIMERO LA CARNE

Si bien en España hay comidas muy ricas que en Argentina, o no se encuentran, o
simplemente no son tan ricas (ejemplo: jamón), hay un gran hueco que tenemos
los Argentinos fanáticos del asadito abundante y la buena carne. No es que acá
no exista la carne, sino que se come menos y, en general, de menor calidad.
En primer lugar, cabe mencionar que acá le dicen carne a todo, no a la carne de
vaca como acostumbramos, me explico: en Argentina, por ejemplo, cuando uno se
acerca a la parrilla alguna vez me han dicho: carne o pollo, pero eso acá no lo
entenderían ya que el pollo al fin y al cabo es carne. De hecho la carne de
vaca se ve poco, si uno entra a una “charcutería” o a una carnicería en
Barcelona, en lugar de encontrarse con medias reses colgando, o grandes trozos
de vacío, asado de tira, matambre, etc, verá unos pedacitos de carne de varios
colores distribuidos bajo el mostrador, mucho cerdo, mucho pollo, mucho conejo,
y otros animales que no son vaca (y mucho ya procesado o condimentado). Es más,
recuerdo una vez que entré a una carnicería y, luego de pedir algunos cortes,
me digan “no me queda ternera”.
Esto tiene una simple explicación: los que viven en Barcelona y alrededores, cuantas veces han visto una vaca?. Recuerdo cuando viajaba de Buenos Aires a Mar del Plata o a algún pueblo del interior y era ver por la ventana campo tras campo repletos de vaquitas muy simpáticas. En Cataluña vagamente recuerdo haber visto a alguna vaca, quizás cerca de Girona y poco más. Camino a Madrid (por comparar un viaje entre 2 ciudades importantes con Buenos Aires - Mar del plata) no he visto ni una. Por otra parte, me ha pasado de comprar carne , al ponerla a la parrilla o al horno, haber notado como se forma un pequeño lago de agua y la carne se reduce drásticamente de tamaño.
Los restaurantes son otra historia, he tenido muchas discusiones con gente que me
ha dicho que ha comido carne tan buena o mejor que en Argentina, y no discuto
eso, yo también he comido el chuletón de Ávila, el entrecot de Galicia, o
tantos otros platos de carne en buenos restaurantes, pero en esos casos hay que valorar precio – calidad. Básicamente en cualquier sitio de mundo, pagando un buen precio, se consigue buena carne. Estoy seguro que en el mejor restaurante de Noruega se comerá un jugoso trozo de solomillo, pero también de lo que estoy seguro es que, tanto en Noruega como en España, cuando uno va por cualquier camino perdido, y quiere parar a comer, será imposible que encuentre a un lado del camino una de las tantas parrillas ruteras argentinas, de esas con tres o cuatro camiones
parados, y con una parrilla del tamaño de una cama grande a la sombra de un
eucaliptos, con algunos costillares colgados en cruces clavadas en círculos
frente a un fuego, y pagar, por hartarse de comer todo eso, un precio razonable (más allá de los precios actuales de Argentina).
Pero vamos a la parte buena de la historia, debido a la afluencia de los nuestros en busca de carne, más de un carnicero, al verse solicitado por argentinos con cara de “quiero asado”, pidiendo nombres raros (como asado de tira, vacío, mollejas, colita de
cuadril), de a poco comenzaron a aparecer estos cortes y ya son frecuentes en
varios sitios. Por último también vinieron argentinos que directamente pusieron
su carnicería con los cortes conocidos.
Bueno, por hoy ya está bien, pero en la próxima les dejaré, según en mi opinión, las mejores carnicerías donde encontrar buena carne.

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