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LA SOMBRA (XI PARTE)

A la mañana siguiente encontraron la barca vacía flotando cerca de la orilla de Banyoles. Las cañas y todas las pertenencias de los dos hombres se encontraban en sus sitios, como si el lago los hubiese tragado, pero nadie pensó en eso, sino en que alguien los había atacado. Uno de los pescadores declaró que los había visto partir por la tarde del día anterior y que le habían dicho que irían a pescar a la margen opuesta, del lado de las costas de Turers. De inmediato sospecharon que los pescadores del pueblo opuesto serían los culpables de la desaparición de sus compañeros.
Ese día Albert Taulet se había levantado temprano y decidió caminar un poco por las cercanías de la iglesia. Buscó sin éxito alguna pista durante largo rato, luego, algo cansado, se sentó en los escalones de la entrada a la iglesia y descansó bajo el agradable sol de un cielo claro mirando los esporádicos campesinos ir y venir por el sendero que pasaba junto a la iglesia. Comenzó a pensar entonces cómo podía haber llegado el amuleto hasta la iglesia, y decidió que era probable que alguien lo habría dejado. Fue así preguntando a los que atravesaban el sendero hasta que tuvo suerte: una mujer pasó volviendo del lago y, ante la pregunta de Albert respondió que días atrás su hija había encontrado un amuleto de madera y lo había dejado en la iglesia al no saber de quién era. Acompañó a la señora hasta la casa donde se encontraba jugando la hija y, luego de que la madre le sirviese un vaso de leche, le presentó a Albert Taulet. La niña lo saludó con un – hola – despreocupada.
- Hola – respondió el sacerdote, - ¿recuerdas que hace unos días encontraste un hermoso amuleto de madera?.
- Sí, ¿era de usted? – replicó la niña luego de tomar un largo sorbo de leche.
Albert la miró a los ojos y le dijo, - no, no era mío. ¿Recuerdas dónde lo encontraste?.
- Sí – se conformó en responder la niña, - ¿quieres que te muestre? – agregó luego.
Albert miró a la mujer, como denunciando que su hija era una niña muy inteligente, y luego volvió a ella para decirle, - se lo agradecería mucho, pero volveré por la tarde después de almorzar si no les molesta.

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