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POSADA DEL KM1347 (I PARTE)

La noche seguía negra, y la carretera parecía nacer donde comenzaba a iluminarla el auto. Comencé a sentir sueño y los viejos clásicos de la radio lo alimentaban. Vi entonces una luz a lo lejos, parecía algo más, tenía un color especial, el color del misterio. Al acercarse la luz se convirtió en cartel y el cartel decía POSADA DEL KM1347 con algunas letras rojas luminosas parpadeantes, y las otras quemadas. Recorrí un sendero de tierra con el auto hasta llegar al hotel. Bajé del auto y respiré un aire distinto, mágico. El pórtico parecía haberse perdido en el tiempo. Abrí la puerta lentamente, dejando escapar un lienzo de aire estancado. Entre la penumbra unas farolas marcaban los límites de un recibidor vacío. El mostrador tenía un timbre de esos que se presionan, y detrás un mueble que parecía una colmena de pequeños casilleros, la mayoría vacíos y algunos pocos con llaveros. Presioné el timbre, que escupió una nota aguda y oxidada, y al momento una puerta de madera se abrió poco a poco, dejando al descubierto una figura entre las sombras.

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