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Kosh

LOS FANTASMAS DE LA CASA

Siempre pensé que había fantasmas o algo raro en esa casa. La concocía bien, sus habitaciónes, sus pasillos, pero no me convencía, sabía que había algo fuera de lo normal. No vivía allí pero cada vez que la visitaba encontraba cosas fuera de lugar. Decidí quedarme una noche a la semana en la sala, dejando todo a oscuras, esperando ver que era eso que intuía. La primera noche no sucedió nada, y a la semana siguiente tampoco. Decidí que para encontrar algo debía estar más tiempo así que comencé a quedarme todas las noches allí, despierto en la oscuridad, esperando ver algo. Por las mañanas, cuando volvía la luz del amanecer, cansado me iba sin haber visto nada. Lo hice durante dos años hasta que una noche me rendí. Estaba cansado y decidí permitir que el sueño me venciera mientras estaba en la sala. Me desperté a la mañana siguiente, con el sol golpeando con sus rayos mis pupilas. Abrí los ojos con dificultad y dolor, intenté ponerme de pié y alejarme del sillón donde había dormido, que estaba cerca de la ventana, entonces vi la figura, era como un silueta blanca, brillante, fantasmagórica. Tenía un adorno en las manos y lo destaba cambiando de lugar, pero eso no fue lo que me molestó, sino haber perdido dos años de mi vida pensando, por alguna razón, que los fantasmas solo pueden vivir de noche.

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