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INFINITO

Se repetía una y otra vez la pradera inerte abrumando con su infinitud. La carreta avanzaba lenta y temblorosa por la huella de fango que apenas desemprolijaba el paisaje. El problema era que aquel camino no llegaba a ningún sitio, el horizonte al fondo era el único fin con el que se podía contar, el único sueño al que se podía alcanzar, y por definición era igualmente inalcanzable.

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