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Kosh

LO QUE ESCRIBE MI ESCRITOR

Esto que están leyendo es lo primero que escribo en los últimos dos años, por lo que les pido que presten atención.
Mi sueño siempre había sido ser escritor, y por eso había dedicado tiempo en talleres de escritura y había estudiado y leído mucho acerca de los escritores. Había comenzado a escribir a los catorce años y desde entonces me había considerado un escritor, digamos, aceptable.
Todo comenzó una tarde cuando me estaba dedicando a escribir algunos cuentos cortos. Había escrito tres, recuerdo exactamente de que se trataba cada uno, entonces descansé, fui a preparar un café y volví al escritorio luego. Comencé a repasar cada escrito en busca de errores, los primeros dos casi no tenían nada que corregir, al tercero apenas le di unos retoques y al cuarto si tuve que cambiarle varias frases que carecían de sentido y debí pulir algunos errores de consistencia.
Se lo que están pensando y fue lo mismo que me sucedió a mí: como podía haber cuatro cuentos si yo había escrito tan solo tres.
Recordaba el primero, la idea la tenía en mi cabeza hacía mucho tiempo, en cambio el segundo no estaba seguro de donde había salido pero juraba que era uno de los míos, el cuarto llevaba mi estilo bien marcado en la prosa, en cambio el tercero, ese sí era el problema, ese no era ni mi estilo, ni mi prosa, incluso había palabras que desconocía!.
Estaba escrito con el mismo lápiz y, al analizarlo a detalle descarté mi primera hipótesis: que alguien, no se como, había entrado en mi casa (ya que estaba solo) y lo había escrito mientras preparaba el café. Pero la letra era la mía y además el cuento comenzaba en la misma hoja que terminaba el segundo y terminaba en la misma que comenzaba el cuarto. Estaba totalmente confundido.
Recordé entonces un cuento que, se supone, había escrito, un par de meses atrás, aunque en realidad jamás lo había pensado, por lo que deduje sorprendido que no era la primera vez que me sucedía.
¿Pero quién podía haber hecho algo así?, es decir, ¿de quién era ese cuento que no era mío?, porque mío no era, de eso si que estoy seguro. - Quizá alguien imitaba mi letra y había copiado los tres cuentos, intercalando el tercero - pensé, pero era imposible, preparar el café me había llevado como mucho cinco minutos, más no, y nadie podía copiar, imitando mi letra tan deprisa.
- ¿No estaría poseído? - pensé alarmado. - Quizás un espíritu tomaba mi cuerpo sin que lo supiera y escribía, pero ¿cómo no me enteraba?. Tal vez conocía la manera de hipnotizarme o sumirme en un sueño o algo. Podía ser el alma perdida de algún escritor, alguien que probablemente habitaba en esta casa que es muy antigua, estas cosas suceden en las casas viejas. Debo averiguar quien vivía antes que yo – razoné. Luego fruncí el ceño, miré hacia abajo y pensé – ¡pero la estupidez que estoy diciendo!. ¿Como puedo llegar a pensar algo así?, si continúo estos razonamientos seguro que el problema soy yo – concluí. Pero luego volví a decirme: - ¿y no seré el problema yo?. Tal vez tengo otra personalidad, una oculta, que me toma y se pone a escribir a mi sombra.... – permanecí en silencio un rato antes de decirme – ¡sigo pensando cosas sin sentido!.
Olvide el tema por unas horas, me dedique a escuchar música y me di un baño, luego volví a la mesa para comprobar que solo seguían los cuatro cuentos, no más. Entonces volví a la carga: - y si no es mío, ¿de quién será? – fue lo primero que me pregunté. – Debería ponerle un seudónimo, no esta bien publicar las cosas a mi nombre, seria...¿plagio?. ¿Pero como puede ser plagio algo que no es de nadie?, porque si yo no lo escribí es que, sencillamente no es de nadie – deduje antes de sentarme.
- Como sea, lo publicaré, después de todo no esta tan mal – me dije luego de darle una última leída.
Todo siguió igual, pasaron algunos meses y por suerte lo que escribía era siempre mío hasta que un día volvió a colarse otro cuento, recuerdo que volví a esbozar los mismos razonamientos y contra razonamientos que la primera vez que lo había detectado, incluso agregué algunas hipótesis que también descarte: - no tendré un problema de doble personalidad – estoy seguro que eso lo había planteado fruto de una película que había visto, que al final el asesino era el mismo investigador con su doble personalidad, recuerdo lo tonto que me había parecido en ese entonces aquel final, pero sin embargo me lo estaba planteando, - ¡y encima en un caso de la vida real!.
Olvide la absurda idea por lo que llegue a la misma conclusión que en ese entonces: nada. Lo publique y recuerdo que uno de los comentarios que me dijeron fue: - no es tu estilo – y sin embargo me dijeron que era uno de los mejores cuentos que había escrito. La envidia que me surgió también la recuerdo, porque había escrito en ese lapso como dos docenas de cuentos y que justo uno que no era mío, aunque lo fuese al no ser de nadie, sea el mejor... me enfadé mucho.
Así corrieron los días, cuando escribía trataba de no alejarme de los papeles, de quedarme cerca, así no se colaba nada que no fuese mío, pero volvió a ocurrir, y no me había alejado sino que apareció colado entre el pilón de hojas de lo que estaba escribiendo. Y lo volví a publicar, y volvió a ser considerado lo mejor que había escrito y volví a enojarme.
Y así fue, los cuentos comenzaron a multiplicarse y todos eran mas brillantes que los míos, hasta que un día me di por vendido y desde entonces, cada vez que me siento a escribir tan solo escribo cosas sin sentido hasta que entre las hojas aparece un cuento, entonces lo publico. Al escritor invisible, ese que no soy yo, lo he llamado Kosh, y reconozco que lo odio, pero también que escribe mejor que yo.

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