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Kosh

EL DUELO

El farol iluminaba el interior del vagón y se mecía a medida que el tren avanzaba. Las paredes llevaban en su madera algo especial, algo que le daba ese toque clásico a aquel tren. Fabricada tan solo tres años atrás, en 1885, la locomotora suspiraba vapor por su nariz mientras las ruedas silbaba su repetida melodía.

Los tres elegantes señores, de traje, guantes y bastones con punta de oro decidían que debían hacer. Sus sacos y galeras ancladas sobre el perchero reposaban sabiendo que alguno de ellos quedaría sin cuerpo a quién vestir. Nadie supo porque se reunieron, no debían decir lo que pensaban, pero el duelo estaba próximo y los duques lo sabían antes de entrar. La excusa fue el humo de los cigarros que inundaban la atmósfera, el criterio fue la daga y allí termino todo.

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