LA TEORIA DE DARWIN
La teoría de Darwin como respuesta al origen del hombre
La diferencia entre los animales y el hombre es tan amplia que es difícil comprender como estamos tan unidos con ellos. Algo tan sencillo como poder amar, sentir pena, compasión, el sufrimiento por heridas del alma, traiciones, venganza, codicia. Todos estos adjetivos nos diferencian de un animal, ni el más inteligente de los animales es capaz de sentir rencor o sentir el deseo de discutir ideales.
Algunos, para simplificar, lo atribuyen al recurso siempre solicitado, de la teoría de la evolución. Aquella teoría explica de forma empírica y genérica como algunos animales, pájaros en general, se adaptan a nuevos hábitos modificando a través de las generaciones su físico. Esta tan lejos de explicar el secreto del hombre que es absurdo simplificarlo a tal extremo. No hay teorías serias que expliquen conexiones entre el origen del hombre y esta sencilla teoría desarrollada para comprender la adaptación de las especies a los cambios del medio.
Porque entonces hay tanta gente que se basa en aquel lejano principio para atribuir todas las conductas humanas a una sola causa tan débil como lo es la evolución?. Hay intención, malicia o simplemente desconocimiento e ignorancia?. La historia nos muestra muchos casos de mal interpretaciones intencionales, desde Descartes hasta Marx, pero siempre basadas en la ignorancia o la falta de profundización. De todas maneras el problema mas grave es la perdida de un camino concreto por uno falso que parte de la incoherente base de teorías modernas que por fuera muestran todas las respuestas y por dentro solo están vacías, tanto de respuestas como de contenido. Así pues una vez mas la humanidad transita sin saber hacia donde creyendo que va por el buen sendero pero sin preguntarse demasiado.
Aquí, como en todos los casos, hay que recurrir a las teorías y criterios de masas donde el comportamiento no responde al comportamiento individual, aunque en estos casos esta mas cerca.
Resulta complaciente sentirse parte de la moda y si la moda requiere pensar de otra manera la masa lo hará, sin cuestionarse si esta manera es la correcta, tan solo lo hará porque esta manera modifica pensamientos antiguos y todo lo viejo siempre, por el principio de las modas, debe ser peor. El cambio es una parte del hombre que dejó de buscar, cansado, el verdadero origen de sí mismo para conformarse con un par de frases bellas que se rescatan de teorías de gente que esta en la moda, sin cuestionarse lo vacías o superficiales que llegan a resultar.
El único consejo rescatable de esta pequeña reflexión, sin profundizar demasiado, es que los hombres que sí se esfuerzan por llegar al fondo y viven con las preguntas sobre el origen latentes en sus mentes, aquellos que practican el sano juego de plantearse preguntas día a día y buscan respuestas con su capacidad de razonamiento, en libros leyendo lo que otros razonaron y en deducciones con bases sólidas, estos, lamentablemente pocos, serán los que dejan en seguida atrás este umbral de teorías de revistas y pasan al plano de la consolidación de cimientos bien estructurados, donde se podrán apoyar el resto de sus vidas, seguros de sí mismos y de lo que han desarrollado para que el día de mañana, que a su vez es hoy a la tarde o dentro de unos minutos, se vean en sus lechos de muerte tranquilos como quien se prepara para embarcar en un excitante viaje, rezando sus últimas oraciones por los que se quedan en lugar de hacerlo por el que se va.
La diferencia entre los animales y el hombre es tan amplia que es difícil comprender como estamos tan unidos con ellos. Algo tan sencillo como poder amar, sentir pena, compasión, el sufrimiento por heridas del alma, traiciones, venganza, codicia. Todos estos adjetivos nos diferencian de un animal, ni el más inteligente de los animales es capaz de sentir rencor o sentir el deseo de discutir ideales.
Algunos, para simplificar, lo atribuyen al recurso siempre solicitado, de la teoría de la evolución. Aquella teoría explica de forma empírica y genérica como algunos animales, pájaros en general, se adaptan a nuevos hábitos modificando a través de las generaciones su físico. Esta tan lejos de explicar el secreto del hombre que es absurdo simplificarlo a tal extremo. No hay teorías serias que expliquen conexiones entre el origen del hombre y esta sencilla teoría desarrollada para comprender la adaptación de las especies a los cambios del medio.
Porque entonces hay tanta gente que se basa en aquel lejano principio para atribuir todas las conductas humanas a una sola causa tan débil como lo es la evolución?. Hay intención, malicia o simplemente desconocimiento e ignorancia?. La historia nos muestra muchos casos de mal interpretaciones intencionales, desde Descartes hasta Marx, pero siempre basadas en la ignorancia o la falta de profundización. De todas maneras el problema mas grave es la perdida de un camino concreto por uno falso que parte de la incoherente base de teorías modernas que por fuera muestran todas las respuestas y por dentro solo están vacías, tanto de respuestas como de contenido. Así pues una vez mas la humanidad transita sin saber hacia donde creyendo que va por el buen sendero pero sin preguntarse demasiado.
Aquí, como en todos los casos, hay que recurrir a las teorías y criterios de masas donde el comportamiento no responde al comportamiento individual, aunque en estos casos esta mas cerca.
Resulta complaciente sentirse parte de la moda y si la moda requiere pensar de otra manera la masa lo hará, sin cuestionarse si esta manera es la correcta, tan solo lo hará porque esta manera modifica pensamientos antiguos y todo lo viejo siempre, por el principio de las modas, debe ser peor. El cambio es una parte del hombre que dejó de buscar, cansado, el verdadero origen de sí mismo para conformarse con un par de frases bellas que se rescatan de teorías de gente que esta en la moda, sin cuestionarse lo vacías o superficiales que llegan a resultar.
El único consejo rescatable de esta pequeña reflexión, sin profundizar demasiado, es que los hombres que sí se esfuerzan por llegar al fondo y viven con las preguntas sobre el origen latentes en sus mentes, aquellos que practican el sano juego de plantearse preguntas día a día y buscan respuestas con su capacidad de razonamiento, en libros leyendo lo que otros razonaron y en deducciones con bases sólidas, estos, lamentablemente pocos, serán los que dejan en seguida atrás este umbral de teorías de revistas y pasan al plano de la consolidación de cimientos bien estructurados, donde se podrán apoyar el resto de sus vidas, seguros de sí mismos y de lo que han desarrollado para que el día de mañana, que a su vez es hoy a la tarde o dentro de unos minutos, se vean en sus lechos de muerte tranquilos como quien se prepara para embarcar en un excitante viaje, rezando sus últimas oraciones por los que se quedan en lugar de hacerlo por el que se va.
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