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LOS MASONES

La masonería se originó en 1717 con el impulso del pastor protestante inglés James Anderson. Éste se inspiró en una leyenda urbana que hablaba de los rosacruces (que fue concebida y publicada en algunos libros entre 1615 y 1625). Los rosacruces fueron una confraternidad fundada por Christian Rosenkreutz, que relataba un confuso "núcleo secreto" donde confluían todas las religiones. A partir de aquella leyenda se buscaron insistentemente por Inglaterra datos para relacionarla con hechos históricos. Por fin encontraron una corporación denominada en inglés "free masons" que, por sus características, se podía adaptar a las leyendas y mitificarse los suficiente como para ser el centro de la logia. Para comprender la actitud inglesa hay que tener en cuenta que por aquellos años nacía una nueva burguesía cuyos protagonistas gustaban de formar “clubes” de caballeros que se reunían buscando practicar actividades entretenidas (a veces misteriosas) para pasar el tiempo libre.

¿Quiénes eran los verdaderos Masones?
Los masones eran, como dice la etimología de su propio nombre (del francés maçon: "labradores de muros"), libre-albañiles, es decir, simples trabajadores independientes del ramo de la construcción.
El término compuesto, más allá de imaginaciones, se nombra por primera vez en 1375 y se refiere a un "obrero de la construcción" que, específicamente, disfrutaba del privilegio de ser miembro del sindicato.
Contaban con ciertas normas y códigos, básicamente para no competir por los mismos trabajos, obtener derechos en conjunto, etc. Como todo gremio, para protegerse del crecimiento de la oferta desmedida, proponían trabas para los nuevos ingresos (como hoy en día se hace con los inmigrantes). Estas "normas sindicales" las interpretaron como "ritos de iniciación" para rodear a los masones de un atractivo mítico.
Por otra parte, y teniendo a favor el hecho de que toda construcción humana requiere de "albañiles", se puede considerar que los masones (que existieron como tales solo en la Edad Media) pueden haber sido también (con diversos nombres) los que construyeron otras legendarias obras, como el Arca de Noe, o el Templo de Salomón. En algunos escritos históricos se menciona a los trabajadores que realizaron las obras, y de ahí a concluir que éstos, por ser "constructores", debían ser los masones...
Estos fantásticos vínculos aparecieron por primera vez en unos manuscritos del 1390, donde el autor relata dos historias, una antigua "breve" y otra nueva "larga". La antigua “breve” mitifica una supuesta escuela de arte fundada por Euclides en un viaje por Egipto, en donde se enseñaba arte de construcción entre otras cosas. La nueva “larga” es una historia anterior al diluvio, en la cuál Caín contrataba a un constructor, que sabía hacer laminas de oro de manera secreta, y que luego le reveló los secretos al conocido Abraham. Abraham tendría como discípulo a Euclides que, a continuación, enseño las técnicas a los egipcios. Luego el arte sería transmitido nuevamente a los judíos que lo usarían para construir el templo de Salomón. Tras la destrucción del templo, el secreto quedo oculto muchos años hasta que los Templarios lo recuperaron en las cruzadas y se lo entregaron "secretamente" a cuatro constructores santos de Inglaterra que, con ayuda del rey, los codificaron.
Todo esto se escribió con mucha creatividad en esos manuscritos del 1390 sin investigación histórica ni justificantes para darle, al menos, veracidad.
Por último, otra relación con los templarios se basaba además en que, siendo la orden más importante de las cruzadas, habrían utilizado a los masones para construir sus castillos en Francia (para hacerlo necesitaban necesariamente trabajadores de la construcción) y ésa es la relación completa y más probable entre masones y templarios.
Como muchos gremios, incluso hoy día, los masones tenían un patrón, que era Juan El Bautista. Desde éste punto también partieron vagas teorías para llegar a relacionarlos de forma directa con los evangelios.
Pero la recopilación que logró crear la secta fue el fruto de James Anderson, en su libro "Nuevas Constituciones" publicado en 1724, donde se relata la historia legendaria de los masones y su arte, además de un reglamento para la nueva logia y hasta unos cantos. Crea también una estructura en tres grados (aprendiz, peón y maestro) y define que el tercer grado (o altos grados) es compartido por templarios.

¿Pero por qué unir a los templarios con los masones?.
En el fondo los masones seguían siendo un gremio de la construcción poco atractivo para promocionar una logia, por tanto, para difundirla con éxito entre la burguesía, se introduce la convicción de que la masonería ingresó a la nobleza en tiempos de las cruzadas, haciendo del movimiento un mito caballeresco cuyo destino podía llegar a ser la continuidad de los Templarios (desde luego, poniendo bastante imaginación). El encargado de difundir éstas ideas fue un escocés llamado André de Ramsay.

Los templarios
Fueron una orden iniciada en 1118 para proteger los lugares recuperados en la primera cruzada, es decir, para mantener las posiciones. Se comprometían a proteger los caminos de ladrones y a mantener alejada a la amenaza turca.
Cuando cayó el último bastión cristiano en 1291, los Templarios, en teoría, habrían fracasado en su única misión. Sin embargo, como victoria, tenían una inmensa fortuna, el primer sistema bancario, un inmenso poder y una degeneración religiosa. En 1307 la detención y proceso de sus miembros por diversas acusaciones marcó el fin histórico de la orden. Para ese entonces los Templarios trabajaban ofreciendo protección a clientes ricos, prestaban dinero con intereses y hasta comerciaban con los musulmanes (es decir, contra los infieles por cuya lucha se había fundado la orden).

Los principios de la logia
Los "deberes", en especial el primero y el segundo que rechazan el ateísmo y que además promueve el poder estatal, fueron causa de divisiones internas. El tercer "deber" alude a un confuso "secretismo", aunque en realidad lo que intenta es un deísmo relativista.
Los grupos se fueron dividiendo en el primer y segundo cisma al intentar conciliar, y se acusaron mutuamente las logias de Londres "modernos" con la logia de York "antiguos", que además introdujeron el grado del "arco real" donde se pretende, a partir de fuentes que de la nada aparecieron, recrear una divinidad egipcia de un dios no identificado.
Los ritos de los masones son innumerables, pero se podrían dividir en grados, que a su vez dependen de las diversas logias. En los ritos cada cuál tiene jerarquías y grados, como el "rito de York" que reúne grados del "arco real" (cuarto), "marco" (quinto a séptimo), "crípticos" (octavo y noveno) y "templarios" (siguientes grados diversos). También hay un rito francés simple, o uno escocés de treinta y tres grados. Los grados de caballeros templarios son de origen anglosajón. Básicamente cada rito fue incorporando nuevos y complejos esquemas, quedando ya poco de los tres principales escalafones definidos por su creador.
La obediencia serían las normas actuales de la "gran logia madre", es decir de la inglesa, reconocida por la mayoría de las logias del mundo de la masonería y promulgada en el texto "Basic Principies for Grand Lodge", deducido de la "Constitución" de James Anderson". Pero esta también se divide en nuevas estructuras ya que incluye algunas normas que otros grupos masones no aceptan como el hecho de que se debe creer en Dios, se debe utilizar un libro con las leyes sagradas (que suele ser la Biblia), la exclusión de discusiones políticas (norma de origen) y la prohibición de mujeres, hecho que llevó a la feminista francesa Deraismes a crear la "logia irregular". Otras logias no aceptan la creencia de un Dios y permiten la entrada de ateos. Pero existen nuevas corrientes "masónicas" como "el santuario", que es una organización con simbología islámica famosa por su ayuda benéfica en hospitales americanos. En contraposición, existen ordenes que, aunque no son masónicas, utilizan algunas de sus bases para promoverse, como los ocultistas, los teosóficos o diversos movimientos esotéricos.

Problemas y peligros de los masones
El "secretismo masónico" sirve para atraer a nuevos aspirantes, que buscan "verdades" detrás de una cortina que se plantea como "mítica" y hasta "mágica", pero que resulta humana y hasta, en muchos casos, con fines comerciales. Por otra parte este secretismo mantiene al discípulo condicionado a la ignorancia de las estrategias y planes de los líderes (muchas veces son llevados a practicar un rito sin saber en que consistirá).
El secretismo hace que el aspirante tampoco sepa bien si está ingresando en una verdadera logia masónica o en variantes pseudos-masónicas, algunas de las cuáles terminan actuando de manera ilegal.
El segundo problema (sobretodo en la masonería latinoamericana) es la hostilidad hacia la sociedad y hacia la iglesia católica, promoviendo toda clase de leyes que se enfrenten a ésta (como el aborto, la pena de muerte, etc.) por el solo hecho de contradecirla.
La masonería original de Anderson no contiene en sí "doctrina", se excluye la discusión política o religiosa. Se habla en cambio de una "ley moral" y se presenta un "método" que intenta suplantar el resto (así lo presenta, por ejemplo, Alain Gerard, un gran maestro masón). Se propone la discusión libre de problemas, tratando de llegar a soluciones justas para los presentes. Pero no se puede poner en duda la existencia de Dios, aunque no se aclara "que" Dios. Se dice entonces que no existe un único camino para llegar a la "salvación". Ésta es la cuestión que difiere con el cristianismo, que promueve una única visión de la "salvación" por un único camino indiscutible.

Conclusiones
Hasta ahora se explicó el origen histórico, pero para comprender a los masones es necesario también comprender su origen "sociológico". El mero impulso de James Anderson habría podido terminar en fracaso si no se hubiese acompañado por un desarrollo posterior, fruto de la Reforma protestante y alentada por el "iluminismo" y sus formas (“deísmo”, “ agnosticismo”).
Es contradictorio el hecho de que el fenómeno de "pluralismo" se contradice con el masonerismo, ya que ésta puede considerarse una secta cerrada y agrupada en diversos jefes carismáticos que van desmembrándola en infinitas ramas y variantes, cada una con sus "ritos" y costumbres designadas (es decir lo contrario a la corriente).
La clave de comprensión del fenómeno es el "relativismo". A diferencia del escepticismo, que piensa que no existe verdad, y el practisismo, que piensa que hallarla no es importante, el "relativista" busca alguna verdad a la cuál adherirse, pero creyendo que ésta depende de la razón humana.
Por tanto, los masones son una prueba más del principio del sello divino, es decir, de la necesidad innata del hombre de buscar su origen y de concebir la existencia de la divinidad (hecho que no tiene que ver con la evolución ni con hechos sociales). Cuando una sociedad pierde su verdad, como sucedió en la época del pluralismo religioso, una de las vías de escape es el sectarismo, que busca encontrar alguna razón que se compatibilice con "verdades comunes". Incluso muchas veces las sectas (como en el caso de los masones) para hacerse fuertes, por más que hayan sido fundadas en tiempos modernos, buscan elementos anteriores a las religiones principales, de tal manera que pretendan ser el origen de éstas."

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